ando como aturdido
invadido por vientos y amnesias.
Tengo ya mucho tiempo como ausente de mi mismo
sin encontrar el sueño y el cariño
a la deriva y sin timón
a la deriva y sin que nadie sepa el porqué de mi naufragio.
Pero en este torbellino envilecido,
tu figura surge a lo lejos,
tu sonrisa se ve entre lo nublado,
como si en el seguro abismo de mi muerte
la luz de tu alma me tienda la mano
y me rescate al paraíso
que nunca espero.