"El que no sabe es un imbécil. El que sabe y calla es un criminal".
Bertolt Brecht
Este festín
que mueve sus caderas
y esconde sueños viejos
en el falso humo
de la tarima muerta,
va mancillando la tarde
frente a los ojos
del muchacho
que merece otra fiesta.
Este escándalo
que ensórdese los pensamientos
y se burla de los hambrientos,
llega traicionando
otra vez con su festín
a los torturados
a los macilentos
a la canción valiente
que murió combatiendo.
Este Circo
que nos enjaula
que nos muestra su silla
y su látigo mediocre,
va silenciando
nuestro grito
ahora devorado
por las serpientes
del momento
por las serpientes
de otro tiempo.
Este velo absurdo
que busca evadir
el disparo
y la tragedia,
el grito del rebelde
y su miseria
la guitarra
su verso
y su agonía.
Me lo dice riendo
con sus símbolos
de evasión y de feria.
Están demás mis palabras
en esta fiesta,
si yo no sé bailar
al ritmo de lo efímero,
si yo sé no cantar
la canción de los vacíos.
Digo
justo antes del
martirio:
ojalà
algún canto
algún poema
alguna
conciencia,
vuelva con su fusil
a volarnos los sesos
para siempre
a sembrarnos de sueños
nuestros huesos.
Pero que
el silencio
no haga un festín
con nuestras calaveras.
Poema de Andrés Castillo