Encuentro

PALABRAS,SILENCIOS,AMORES, COMBATES, TRIUNFOS Y DERROTAS, NOSTALGIAS, AUSENCIAS.
DE FLORES Y BALAS COMO LA VIDA.
Poética existencia. Vida poética.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Venezuela: grandeza, amor y dignidad


Foto de: Enrique Romay

Ya no soporto, ni tolero los mensajes, memes, palabras y alaridos grises sobre nuestra amada patria. Como una lluvia ladina y enferma de odio llegan las voces siempre anónimas que menosprecian al país, en una campaña nefasta mostrando a Venezuela como un nido de delincuencia y miseria, donde los buenos se han ido y aquí sólo queda una legión de delincuentes, corruptos e ignorantes. No lo acepto. Más allá de la compleja situación que existe, que ha existido y en peores circunstancias muchas veces ahora mismo en otros países, pero el desprecio es por Venezuela, no lo acepto.

Nuestra tierra es hermosa y la mayoría de su gente es buena, inteligente, valiente y honrada. No aceptemos esa campaña nefasta, enfermiza sobre nuestra amada tierra. Tierra donde hay poetas ahora mismo pintando de versos sus mares y ríos, cantores, obreros, profesionales creyendo en este país que amamos. Guacamayas surcan felices el cielo de Caracas, en el Zulia reina la décima y la alegría, así en toda Venezuela la gente vive y ama, con sus niños y niñas jugando a la vida noble y buena. No permitamos que gente que quiere sembrar odio, desánimo y desprecio por el país y por quienes aquí seguimos amando la esperanza logre su cometido. 

Venezuela es hermosa y superará este tiempo difícil sí, definitivo no. Este es el país más hermoso y digno del mundo, así lo grito. Amo mi tierra y su gente aún en la adversidad, ahí más lo quiero y lucho por ello. Desde hoy no acepto ni tolero campaña depredadora contra la patria de Bolívar y de todos y todas nosotros. Quién se preocupe por ella que venga o trabaje por ella. Aquí estamos amándola en cada despertar quienes nos quedamos para besarla en la acción cotidiana como abuela y esposa amada. Como dijo el poeta Cruz Salmerón Acosta aún en su lecho de muerte sin renegar de la belleza de su tierra y el amor de su gente:

"El colibrí de tú mirada riela 
Sobre el agua enturbiada de mis ojos
Y de tus célicas mejillas vuela
Un crepúsculo rosa de sonrojos".

                                               Foto de: Andrés Castillo (Cabo de San Román. Paraguaná)

Venezuela siempre libre, amada y viva.

Andrés Castillo

domingo, 17 de diciembre de 2017

Con la poesía inventó su esperanza

A los 90 años del nacimiento del amado poeta falconiano Hugo Fernández Oviol
18 de diciembre de 1927. En Cabure Sierra de Falcón.

(El poeta de niño)


El primer libro de poemas publicado por Hugo Fernández Oviol se tituló: 12 variaciones alrededor de una guitarra, ediciones Cántaro (1973), con el número doce, daba inicio a la hermosa cuenta de palabras entregadas en defensa de la vida, del ser humano, de la naturaleza, de la poesía.

Quizá las remembranzas de sus clases de bachillerato como profesor de matemáticas en 1947, en la Escuela de Comercio “Pedro Curiel Ramírez” o tal vez desde los primeros años de su niñez en su Caburé querido, cuando se quedaba ensimismado escuchando las canciones que brotaban de los cuatros y guitarras de los cantadores de salves, le hacían volver al camino de los números, de las hojas que viajan jugando con el viento, de la hermandad que siempre supo  multiplicar por dos, ahora por las seis cuerdas tensadas para nombrar la vida, así, el poeta maestro, tierno y solidario inventó la esperanza y se fue con su poesía encendiendo farolitos de almendra, de semerucos, pomarrosas o dulces mandarinas.

Desde 1962 venía publicando textos para el quehacer educativo:  planes para maestros, normas para maestros alfabetizadores, manuales agropecuarios para maestros alfabetizadores, en ellos también dejaba abonada su siembra, su amorosa entrega de maestro de pueblo, de amigo y camarada de diversas generaciones de venezolanos, de latinoamericanos. Su labor educativa no estuvo nunca separada de su labranza poética.

Luego siguieron los poemarios: Agua delgada (1974), Cabure también tiene poetas (1976), La casa deshabitada (1982), La canción de Morela (1983), La canción anónima (1991), Para que pongas a navegar la rosa (1991), Caballos (1995) y las antologías del Fondo Editorial del estado Falcón. Ediciones Libros Blancos (2000) y de la Editorial El perro y la rana (2006). En la revista Ventanal como memoria de la tertulia que lleva su nombre nos legó hermosos trabajos, cada cual con la claridad y firmeza que siempre lo identificaron. Casi al final de su largo y florido camino, en una edición artesanal nos entrega el poemario: Jayling (2005) de 20 ejemplares numerados, con un atento y sublime diseño del artista Emiro Lobo, en él se resguarda la escritura del niño amoroso y grande que tanta falta nos hace, en estos tiempos de ausencias de verdades, de coherencias y sabias palabras.

La poesía de Hugo Fernández Oviol, es poesía que canta entre los árboles, sobre el río, entre las naranjas, desde sus comienzos su palabra se comprometió con la naturaleza, con la defensa necesaria del espacio donde el hombre habita, no hizo nunca el poeta un arte para buscar un nombre entre la literatura nacional, su poesía fue vehículo para mirar a la gente, para abrazar a los amigos, para conversar con el obrero, con la muchacha, con el arreador, con el hacedor de guitarras, para arrullar a sus nietos, para ponerles un papagayo entre las manos y volar con ellos.

La naturaleza, la dignidad del ser humano, el amor como herramienta para construir caminos y la canción nacida del suelo que se ama, fueron impulsos ineludibles de su escritura poética.

Melodiosa canción que como rumor de bosque fue brotando del barro de su tierra, no en vano muchos de sus títulos tienen que ver con el canto como sendero: Del pan y la canción, sentencia amorosa y manifiesto certero sobre el rol del artista en su sociedad, sobre el compromiso del creador que milita con su arte en apoyo a la vida del ser humano, con él, Hugo asumió su trabajo poético, entre glosas y décimas se fue a la guerra de la lucha popular que jamás evadió:

hoy no promete un buen día
nació triste la mañana
ni un repique de campana
ni un rasgueo de guitarra
y con fusil y chamarra
salió la tropa coriana.

Y el poeta entrega su canción cual belleza de aurora en las pupilas: Baila Norma, es otro poema que danza con las mariposas para salvar el beso entre las rosas:

Baila, Norma
porque en la ruta área de la abeja,
al norte de la miel, al este del aroma,
hay un pueblo azul hoy sublevado
por el fusilamiento de una mariposa.

 La canción del agua, hermoso poema que deberíamos asumir como himno ambientalista, como arrullo primero por la tierra madre que tanto hacemos sufrir, en sus versos hay un diluvio de ternura que bien podría salvarnos de tanta aridez y mala hora. El cantor falconiano José Montecano grabó recientemente el poema y le impregnó una sencilla melodía en ritmo de sangueo, excelso homenaje para quien supo destilar riachuelos de hermandad y decoro, es una canción para regar la tierra y el alma que vamos incinerando torpemente, poema que hay que divulgar en las escuelas, en los campos, en las calles del pueblo para decir con él:

Y en la noche agruparemos
a todo el pueblo en la plaza
y juntos entonaremos
la dulce canción del agua.

La poesía de Hugo Fernández Oviol, su huella de honestidad y militancia, son el eco de su grito, de su camino tallado sin arrear banderas, sin horadar, ni traicionar sus sueños, sin profanar la sencillez y humildad con la que vistió siempre su conducta, eco que hoy sigue llamándonos desde la seriedad de su trabajo creativo, a poblar la casa que se nos va quedando sola, cuando olvidamos el abrazo sin hipocresía y mezquindad, abrazo de paisanos, de arrieros del mismo camino donde nos topamos inevitablemente.

La poesía de Hugo fue frontal, sin velos estéticos, pero siempre cuidó el poeta que el sol de la contienda no quemara su corazón y manos a la hora de escribir la idea, ya lo decía el filósofo José Ortega y Gasset: “Quien quiera enseñarnos una verdad que no nos la diga”, la verdad de su palabra tenía el latido de su huella,  por eso en sus versos habitaron los gonzalitos, caballos y mariposas, las gaviotas y palmeras, sapos, grillos y riachuelos derramaron en lágrimas muchos de sus libros, hoy con ellos  vamos calmando nuestra sed en la inevitable distancia de su abrigo.

Dos meses antes de su partida escribía en una cuartilla donde con grandeza de escritor y poeta resumía toda su vidaA orillas de mi muerte, no tengo nada de que arrepentirme y en honor a ustedes y a los viejos copleros de la serranía falconiana, me despido con la siguiente copla:

Qué sabroso es constatar
que uno ha llegado a ser viejo
sin haber sido pendejo
y con mucho que contar”.

El recuerdo del poeta, el maestro, el amigo

Siempre quise conocer al poeta detrás de los libros, su poesía andaba con nosotros desde hacía muchos años, nos había formado y alimentado en noches de soledad y conversa. Una tarde coriana el cantor José Montecano permitió que se multiplicaran los abrazos y el cariño extendido al reino familiar de ambos.
Así llegamos a su casona patrimonial, tocamos a la puerta y nadie respondía, el ventanal que dio nombre a la revista nacida en su tertulia nos anunciaba con el golpeteo de la brisa que el poeta esperaba sigiloso, ahí estaba sentado al borde de su cama, con su barba repleta de paraulatas, de pensamientos compartidos, los dedos de viento acariciaban su espalda, como lo escribiera en un poema, pero no estaba solo el poeta, el recuerdo de su adorada esposa lo acompañó siempre, y así, supo de nosotros y nos abrió el cariño, conversamos largamente bajo la frescura frondosa del árbol sin olvido.

El cristofué convocó
a una asamblea
y el patio
se pobló de trinos

Bebimos el trago que siempre recordamos porque tenía el aroma de la tarde buena, de la amistad compañera. Desde ahí lo cargamos siempre, le llevamos siempre, unido a los afectos más queridos, con la serena verdad de saberlo vivo en nuestros caminos.

Hugo Fernández Oviol es un poeta vital, es un poeta cada día más necesario y vigente, porque lo que él cantó sigue pendiente, se siguen talando bosques, se siguen secando ríos, se pierden en soledad los hombres y mujeres, les faltan rosas y panes a muchos abuelos y niños.

Vamos a salir asidos de la mano,
a mojar nuestras voces, a humedecer nuestro pelo,
a lavar las palabras, a sembrar nuestros besos,
a fecundar la tierra.

Hoy la poesía venezolana anda en tierra buena, en toda nuestra patria jóvenes poetas salen al camino a pelear con la aridez del tiempo global, voraz, huidizo, con la palabra poética como adarga en los brazos, hacen guerra de versos para seguir la huella de los viejos peregrinos.
El poeta nos deja en uno de sus últimos versos su joven poesía, esa que se escribe cuando se ha vivido con todos los años de amor compartido.

Tu liviano universo lo descubro en los bosques de la sierra.
A orillas de tu amor soy un árbol florecido que multiplica sus pájaros.

Hugo Fernández Oviol anda con ellos, así lo diría otro gigante poeta español Marcos Ana, al decir de Pablo Picasso: “hace falta tiempo, mucho tiempo para ser joven” y Hugo vivió la vida que amando escribió, su poesía es joven como ellos, porque nombra al amor y el amor es un viejo de ojos aguarapados de nobleza, de barba roja colorada, que sigue naciendo.


Andrés Castillo
Docente universitario.
Escritor

viernes, 8 de diciembre de 2017

Tiempo de volcanes




Este tiempo que hoy nos ronda
parece hechizado de volcanes
de explosiones funestas
y de ardientes lenguas,
su lava nos persigue.

Traidores y corruptos
asesinos de sueños
los peores asesinos,
los que le matan al pueblo
la verdad de sus caminos.

Tiempo de volcanes
de fuego y ceniza
de mentiras sin ropa
de hambre en las esquinas
de miradas rotas
y verdades heridas.

Nos han quitado tanto
que es mejor el olvido
a tener que vivir
con el odio prendido.

Nos quedan las palabras
el canto y sus latidos
la huella de los justos
la sangre del caído
el ejemplo voraz
del juramento cumplido.

Nos queda mucho todavía
nos queda la lluvia
que haremos caer
para salvar la flor

y el beso del futuro.

Y nos queda el amor
el abrazo certero
la caricia y el alma
entregada sin miedo.



Poema de Andrés Castillo

lunes, 4 de diciembre de 2017

NO QUISIERA

Este poema fue publicado en el año 2008 en el poemario: Déjenme decirles algo
Fondo Editorial Ipasme.
                      

                                                             A los soñadores de mi pueblo




Que el tiempo pasara raudamente
y algunos de nosotros
ensimismados
recordando tan sólo
instantes idílicos.

Que sintamos
que perdimos el tiempo
al comprobar
que lo añorado
se desvaneció febrilmente
por que ellos no escucharon
las voces de los anónimos.

No quisiera que me
recordaran
como a uno más
que lo dio todo por nada.

No quisiera ver un día
a mis amigos
recordando este tiempo
como el que debió ser
diciendo que fue perdido
por no entender a tiempo
que debimos cambiar
que sólo nuestros corazones
no bastaron para combatir
a los dos imperios:
al del norte
y al de la certera hipocresía.


No quisiera que mis oídos
atormentados
escuchen tras barrotes o lapidas
a muchos de los nuestros
pidiendo disculpas,
pidiendo perdón
por ser lo que no fueron.



No quisiera que mis hijos
o nadie
lean este indefenso papel
cuando mi cuerpo se hunda en la tierra
víctima del fascismo
que hoy ronda las aceras
las calles
las veredas.

No quisiera lo juro
que los mismos de ayer
nos vendan los sueños
los cantos
las flores
los hijos
los cielos.

Y nosotros las víctimas
de un fascismo viejo
que debió morir
hace mucho tiempo.





Poema de Andrés Castillo











domingo, 26 de noviembre de 2017

Para hablar de ella


“Tengo una mujer atravesada entre los párpados.
Si pudiera, le diría que se vaya;
pero tengo una mujer atravesada en la garganta”.
Eduardo Galeano




Me atreví a mirarla fijamente
y el bosque del delirio se incendió de sueños.

Quise hablar de su risa con la madrugada
y tan solo pronuncié su nombre
y el campo solitario se pobló de lunas
de estrellas, milagros y luciérnagas.

Ella es difícil de describir
como difícil resulta siempre hablar de la belleza.

Entre sus manos
la fina madera se vuelve follaje
se incendia de anhelos, de risas y estrellas.

Ella sabe que Aladino brota de sus dedos,
caricia sonora, lámpara del tiempo
que despierta magos, poetas y besos,
por eso el violín se enreda en su pelo
buscando trepar hasta sus desvelos.


Ella es una cascada de sortilegios
su risa sabe volar
pintando de azules los labios del cielo.

En su cabello escondido viaja
el sensual diluvio de lo verdadero.

Quise recorrer en silencio su silueta
y la algarabía de un poema
llenó de cantíos la calle dormida,
toda la ciudad se volvió una fiesta.

Ella es sensible y serena,
guarda en sus mejillas la vida que falta
para que la vida de verdad sea bella.

Ella es el espejo donde suele peinarse
siempre la belleza.

Para hablar de ella
hace falta que venga vestida de abrazos

con la madrugada.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Hugo Fernández Oviol

Uno de los últimos textos del querido y necesario poeta falconiano


Sucede que yo nací en Cabure, un pueblo campesino, trabajador y solidario, en medio de una familia sin bienes de fortuna, pero adinerada en buenos principios como la honestidad personal, como el culto a la palabra empeñada y a la convivencia sin mezquindades, además rodeado de un cúmulo de muchachos, amigos de mi misma clase y con la misma escala de valores, sembrada y repartida por su respectiva familia; todo esto me hizo descubrir tempranamente el valor inestimable del compañerismo y la virtud bien entendida de la amistad sin dobleces.

Más tarde, ese mismo grupo, con la ayuda invalorable del marxismo-leninismo, me enseñó la fidelidad con los principios filosóficos y la filiación alegre y consecuente con los marginados de la tierra.

Mi amor por las parrandas de la serranía que, durante los días de fiesta nacionales, iban de casa en casa entonando sus trovas, desgranando décimas, salves y coplas y multiplicando así la alegría colectiva del pueblo, sembró en mí para siempre, el amor por la poesía. Yo, desde entonces, sentí una debilidad tremenda por los copleros, los admiraba con devoción religiosa, y me quedaba mirándolos como a santos milagrosos.

Por otra parte, el pueblo tenía un poeta mayor: ROMÚLO GARCÍA, escritor, pintor y poeta a quien, pese a sus debilidades alcohólicas, el pueblo todo le rendía tributo a su talento y su desenfadada actitud para enfrentar la vida.

Más tarde, mi familia se empeñó en que me viniera a Coro para hacerme maestro de escuela. Desde entonces y para el resto de mi vida, fui maestro, revolucionario y poeta. Confieso ante ustedes que estas tres dimensiones de mi vida las he ejercido con seriedad, pasión, responsabilidad y dignidad.

A orillas de mi muerte, no tengo nada de que arrepentirme y en honor a ustedes y a los viejos copleros de la serranía falconiana, me despido con la siguiente copla:

Qué sabroso es constatar
que uno ha llegado a ser viejo
sin haber sido pendejo
y con mucho que contar.

HUGO FERNÁNDEZ OVIOL
Coro, octubre de 2006

jueves, 2 de noviembre de 2017

Cristofué

Amigo que llegas 
anunciando alas.
Te debo tanto compañero
te debo el canto en la mañana
melodía de vida que me abraza,
te debo el cielo en neblina
la flor cantarina que desgranas,
te debo tanto amigo mío
la esperanza y el rezo
de saber que somos labranza.

Cristofué
canto en palabra
que sentencia la alborada
a nadie culpas en tu nombre,
afirmas que el amor
amanece bañado de esperanza.

Escribir sin ti es soledad
contigo el poema es un ala,
contigo en lo alto
florecen distintas las palabras.


Si tu cantas, 
la mañana para mi         está salvada.



Poema de Andrés Castillo

jueves, 27 de abril de 2017

Ausentes



La pantalla
dispara
¡Punk!
Y te mata
¡Punk!
Y ya no existes
¡Punk!
Y te vuelves ausente
sin tu voz
sin tus ojos
sin tu huella que desde lejos anda.

Facebock,
twitter
istagram,
te inventan siempre
te maquillan
y te disfrazan a su gusto para su comparsa.

Entre sus colores
tu rostro
se gasta
se esconde
se vuelve bandera para su causa.


Ahora afuera nada pasa
si la pantalla no lo narra,
tu ya nada sabes
de lo que tu ojos graban
tu ya nada vives
de lo que tus pies desandan.

La realidad ya pasó
no es la que ves
es la que su estruendo
dispara
¡Punk!
¡Punk!
¡Punk!

Si puedes escapa.



Poema de Andrés Castillo

sábado, 11 de marzo de 2017

Reflexiones sobre el pedestal



En estos últimos años hemos presenciado el arribo al Panteón Nacional de un numeroso grupo de hombres y mujeres con inmensas condiciones éticas, morales e innegable amor patrio, quienes en sus tiempos vitales hicieron camino en sus diversos espacios de luchas y sueños creativos, ellas y ellos son escuela en el largo sendero que, como militantes de la vida, los sueños y la esperanza hemos transitado millones de venezolanas y venezolanos.

Nuestra humilde formación no es precisamente la que de la herencia militar y religiosa hemos cultivado en nuestro andar, distante vamos de esa formación que elogia rituales o reverencias, la misma que expresa su reconocimiento en la elevación de monumentos, estatuas o altares, nuestra llana creencia ha estado ligada mucho más a los espacios naturales, a la ofrenda por medio de la palabra y el pensamiento, más aún, en el intento de honrar con los pasos que podamos seguir en cualquier camino que nos toque.

Claro está, la vida social es múltiple y diversa, hay opciones “colectivas” que debemos respetar, conciliar y en muchos casos aceptar, aunque no compartamos.

Vigilante de los procesos que nos han precedido, del seguimiento a la conformación histórica del pueblo venezolano, y con la mirada atenta al tiempo que hoy vivimos, el de las evasiones, la frivolidad y la falta de compromisos duraderos, donde lo cambiante y acomodaticio de los intereses particulares toma primera fila y aplaude muchas veces si reflexiones previas, es que nos atrevemos a pensar en voz alta, sobre el cuidado que debemos tener en la reivindicación de esos mismos hombres y mujeres para que no se termine banalizando el legítimo acto histórico que los ha querido enaltecer.

Creemos que debemos mirar con cuidado la “decisión de ese noble y justo enaltecimiento”, que no sea tan solo el deseo honesto, emotivo y legítimo por demás, de quien “decide” proponer tan significante acto.

     
Quizá las buenas intenciones que buscan reconocer la labor patria de muchos coterráneos que un día partieron, posiblemente sea enaltecida con la misma simbología, tradición y ritualidad, la cual muchos de ellos y ellas en su tiempo de forja combatieron y mantuvieron distancia.

Pensamos que muchas veces se sigue legitimando el centralismo, ese que honra a uno que otro prócer nacional si se trasladan sus restos a la capital y no en su lugar de origen ¿por qué no hacerlo en su estado natal donde forjó sus luchas y donde tiene tal vez una alta significación con su propio suelo, formando parte vital de su imaginario local?

Por otro lado, sabemos del enorme y sistemático deterioro de la mayoría de los camposantos, tanto en el área metropolitana como en las distintas regiones del país, donde muchas veces cuesta acceder a ellos por la peligrosidad que representan y por el terrible olvido en el que se encuentran, sabiendo que en su suelo reposan los restos de seres queridos para muchos compatriotas, dignos y valerosos, así, la memoria viva de quienes en su tiempo de luchas hicieron enaltecer sus lugares de origen.

Decimos con humildad, claridad y mirada crítica, que la “decisión” de vindicar a cualquier venezolano o venezolana que por sus méritos lo merezca, debe responder a un amplio estudio simbólico y a un cuidadoso análisis de la realidad regional y nacional, de las dificultades y nubarrones cotidianos que subyacen, que no termine por ser apenas un suceso sin fuerza que no logre sembrarse e imponerse en el imaginario colectivo nacional.

Cuidemos la memoria, no banalicemos la vivificante tarea de recordar.


Andrés Castillo






martes, 7 de marzo de 2017

La Siembra de Alí

Junto a Carmen Adela y en su Paraguaná

                                           Fotografía: Andrés Castillo


“Yo amo entrañablemente a Falcón, sin ningún tipo de demagogia ni de halago al falconiano, no hay mayor alegría para mí, que cuando agarro de Morón pa cá y saber que vengo para mi tierra, aquí tengo todo mi centro, de lo que soy, de mi vida”.
Entrevista con Héctor Hidalgo Quero, 1983


El pasado 16 de febrero se cumplieron 32 años del “cambio de paisaje” de nuestro cantor, la fecha de su siembra se efectuó el 18 de febrero de 1985 en el Cementerio de Santa Elena ubicado en Punto Fijo, bajo el cielo despejado de su tierra paraguanera, la de Mamapancha, Tío Juan y el “tocayo” Alí Brett Martínez, cuna y razón de su canto multiplicado y florecido.

Como cada año, ya algo más de tres décadas, el pueblo venezolano hace el mismo recorrido que una vez realizara con su cantor en hombros para llevarlo hasta su siembra definitiva, a los “cuatros metros” de su tierra liberada, en la xerófita, poética y amada Paraguaná de sus desvelos.

Es imposible no recordar a Carmen Adela Rosell la madre que lo dejara luchar, amar y desandar la vida, corta por demás, pero profunda como sus luchas e ideas “quiero que me escuchen, quiero que me entiendan…”, sigue brotando la canción de la tierra cada vez que su pueblo padece y sufre arteramente.

Desde los primeros días de su partida, su hermosa y tierna madre fue construyendo con sus propias manos la siembra natural que hiciera florecer una mata de trinitarias como la de la canción Paraguanera, así, flores de buenas tardes, gallitos rojos y tortugas, que siempre animaron las luchas del hijo poeta, sirvieron para acompañarlo ahora bajo la “luna inmensa”.

La silvestre morada fue recibiendo cada año los pasos y cantos de quienes en los tiempos del olvido oficial hacían el recorrido, unas veces con poca afluencia, pero siempre puntual el puño en alto y la conciencia clara por las ideas del cantor, Raúl Primera, Ely y Mireya Padilla, desde siempre ahí, junto a otros corazones, haciendo posible la marcha que hoy sigue su paso.

Fue pasando el tiempo y la mata de trinitarias creció contenta, las horquetas que la sujetaban un día se vinieron abajo, con humildad y militancia coloqué unos primeros soportes de hierro, pintados de amarillo, azul y rojo en aquellos tiempos donde nuestra bandera era todavía subversiva, mucho más adelante Alirio Riera y su esposa Aleida, idearon junto a un grupo de artistas falconianos construir el lugar que hoy resguarda la siembra del cantor junto a su madre y al querido sembrador de semerucos Héctor Primera “Bagueto”, hermano amado del panita de todos.

La marcha de los claveles siguió su rumbo, después de 1999 el apoyo institucional ayudó mucho para que la marcha recibiera una mano amiga para su conservación y la construcción posterior de la Casa Museo, creación inicial de Carmen Adela en su humilde casa familiar, quien como nadie sabía ubicar, acompañada por el cronista del cantor Héctor Hidalgo Quero, cada ofrenda que “el pueblo de mi hijo” como solía decirnos, le traía desde lejos.

El pueblo noble, sencillo y anónimo siempre ha estado ahí, presente y militando junto a su cantor, pasando muchos soles y ventarrones, pero nunca ha faltado quien instale su falsa escalera itinerante para trepar torpemente sus propios intereses nombrando el canto sin comprender el camino que alimentó su lucha, el cantor del pueblo sigue airoso, enfrentando el paso del tiempo, vital y vivo como la verdad que dejó en su canción.

Alí amó profundamente a la tierra paraguanera, innumerables testimonios conservamos donde el cantor deja constancia de su apego a la tierra, a la sencillez de sus caminos, a la sencilla y silvestre vida que fue el mejor maestro de su canto, el que nos dio agradecido.

Han pasado 32 años y aún pareciera que hay quien no entiende el llamado de Alí, “vuelve a tu canto de turupial, que hay semerucos allá el cerro y un canto hermoso para cantar”, es el llamado del cantor a mirar otra vez al campo, a la siembra, a la bucólica vida que no hay que encementar innecesariamente, aunque nos cerque la hosquedad por todas partes.

En “Zapatos de mi conciencia” nos habló de su credo, y en “Canción Bolivariana” nos trajo a Bolívar y lo puso a caminar con los descamisados, fuera de protocolos y tiesos discursos.

Hoy como ayer su pueblo anda lidiando con tantas injusticias, precariedades, tristezas y vilezas. Hay tantas maneras, así como luchas para ofrendar a Alí, una de ellas es estar ahí, al lado de las penurias de su gente, para que por lo menos sus paisanos no tengan que seguir “gastando madrugadas por una lata de agua” o con su amada alborada que sigue en tardanza, pero “habrá mañana” y alguna canción de buena serenata.

Así mi palabra en alerta:

En la contraportada del primer disco de su hermano José Montecano, Alí escribía: “Hay que saber dónde espantan para pasar rezando”,  en función a ello digo que la siembra de Alí debe seguir junto a su madre y en su tierra paraguanera, para que “la marcha de los claveles rojos” siga teniendo sentido y razón, ojalá no tengamos que pedirle prestados sus versos para decir con él: “que buena vaina Paraguaná” o el de la Falconía: “Ah mundo Bagueto, sembrador de semerucos, ayúdanos mirá, que no nos quiten el cerro” ni la siembra fértil que brota de la tierra de tu hermano.


Andrés Castillo
Profesor Universitario
Escritor

castillete7@gmail.com

domingo, 1 de enero de 2017

Esperanza en Navidad. El medicamento Spinraza




El 23 de diciembre fue aprobado este primer medicamento para la Atrofia Muscular Espinal.
Hay esperanzas, hay nuevos caminos. Sigamos.
Para mas información visita la página de: http://www.fundame.net/

La Atrofia Muscular Espinal, es un trastorno genético poco común caracterizada por debilidad muscular progresiva que lleva a la muerte en un gran grupo de recién nacidos, afecta a aproximadamente 1 de cada 10.000 bebés.
La Atrofia Muscular Espinal afecta las células nerviosas motoras de la médula espinal y puede afectar a personas de cualquier edad. El medicamento, Spinraza,( Nusinernse ) desarrollado por Ionis Pharmaceuticals Inc. de Carlsbad, California, y Biogen Inc. de Cambridge, Massachusetts se inyecta en el líquido que rodea la médula espinal y el fármaco actúa sobre las células nerviosas mejorando significativa la función motora como fue demostrado en el estudio que fue presentado valorado y aprobado por la FDA.

Tomado de: http://lasaludylamedicina.blogspot.com/2016/12/fda-aprueba-farmaco-para-tratar-la.html