Nada comienza
En enero no empieza nada
sólo continua lo vivido
sólo se agiganta lo pasado.
Nada comienza en enero
tan sólo seguimos andando
el viaje febril hacia el partir.
Cada año los calendarios
se gastan,
se van a la basura
como los sueños puestos en ellos.
Por eso prefiero
el tiempo de los Mayas
con sus círculos constantes,
con sus cuentas largas
y sus dioses,
con sus ceros,
con sus lunas
que si marcan los días
las noches,
las vidas y las muertes.
que seguirán eternas
mientras viva.
En enero no empieza nada
para mi
sólo dos vidas terminan
en esos agostos y diciembres
que me son iguales.
Y justo así
empiezan idénticas las soledades,
los adioses
los olvidos.
Nada comienza
nada termina
solo el volver
y el pasar
me es eterno.
En enero no empieza nada.
Seguimos pasando.
Aguafiestas
Faltan cinco horas
dice la radio
y me aturde.
Cinco horas para empezar otra vez
otra vez
otra vez
la misma continuidad.
Faltan cinco horas
dice la radio
que me aturde.
Para mi
sólo dos me faltan
dos amores,
dos rostros que no veo
dos voces silenciadas
por el tiempo.
Voces y rostros
que no vuelven.
A mi
dos horas que han sido eternas
desde que se marcharon
dos cuerpos
dos vidas
en dos horas
que quedan quietas.
Dos horas me faltan
para comenzar
para echar andar mi reloj
detenido en la cienes.
Hoy por fin puedo gritar
sin miedo al destierro
sin miedo al odio
y al silencio.
Decir entonces:
que siempre me parecieron tristes las navidades
con sus fines de años y sus tormentos
a pesar del bullicio y algarabías.
Sé que me acusarán de aguafiestas
y amargado lo sé,
por decir que me parecen ridículas
las uvas atragantadas en las lenguas mudas
y que se pudren en los vasos sucios,
o las arvejas que han odiado todo el año
y hoy las comen como exquisiteces.
Sé que me acusaran de aguafiestas
y amargado lo sé,
por decir que me parecen ridículas
las maletas sucias que guardan frustraciones
y las pataletas amarillas pidiendo lujurias
que no llegan.
Hoy para mi,
aún es más absurdo
lo diré,
aunque me digan aguafiestas.
Faltan cinco horas
dice la radio
y me aturde.
Sólo dos horas eternas detienen mi vida
que a pesar de mí, siguen su paso.
Faltan cinco horas
dice la radio
que me aturde
y yo aquí
sin las dos vidas
que no vuelven.