“Ahora veréis qué
somos y pensamos.
Ahora veréis que somos y seremos.”
Pablo Neruda
El nombre de tu hijo
navegó tus sienes,
tenía años recorriéndote
tenía años recorriéndote
hasta que se volvió barco
bandera y esperanza.
En tus ojos mojados
se desbordó el océano
por donde surcarían
bandera y esperanza.
En tus ojos mojados
se desbordó el océano
por donde surcarían
los viejos sueños
el de tus jóvenes amores.
Toda esta tierra
el de tus jóvenes amores.
Toda esta tierra
que nos guarda
es un sólo pensamiento
creado por tu grandeza
creado por tu grandeza
es un sólo insomnio
de noches
de noches
sin velas.
Navegaste
con la bandera en alto
con la mirada punzante
en un tiempo
con la mirada punzante
en un tiempo
que no era el tiempo.
Llegaste
Llegaste
navegando hacia el futuro,
tu barco victorioso
tu barco victorioso
sintió
la herida del olvido,
la absurda traición secó los mares
borrando tus huellas tercamente.
Pero llegaste Miranda
claro que llegaste,
tu ruta es el camino que hoy pisamos
es la victoria que comienza.
la absurda traición secó los mares
borrando tus huellas tercamente.
Pero llegaste Miranda
claro que llegaste,
tu ruta es el camino que hoy pisamos
es la victoria que comienza.
Los barrotes del silencio
se volvieron cenizas
cuando los cirios
que tanto alumbraron tus tristezas
incendiaron el odio y el olvido.
Leandro
siempre navegó entre tus
sienes
movido por la brisa del que ama,
y entre las flautas
movido por la brisa del que ama,
y entre las flautas
y
acordes de victoria
llegaste a tu tiempo Miranda.
llegaste a tu tiempo Miranda.
Llegaste.
Tu barco ahora descansa
anclado en la tierra que añorabas,
tu barco está sereno,
Tu barco ahora descansa
anclado en la tierra que añorabas,
tu barco está sereno,
imponente
sintiendo el abrazo de los hijos,
mirando a los nietos
sintiendo el abrazo de los hijos,
mirando a los nietos
jugar
felices
con la paz que le dejaste,
jugando a volver
a
ser destino.
Poema de Andrès Castillo