Regálame tu voz, llena de besos mi silencio.
Cuando me incendie en tu piel, los volcanes se morirán de
miedo.
Me provoca un Té y un TE quiero.
Hay un girasol incendiándonos el alma.
Girasol devuélveme la tierra, aterrízame con tu mirada.
Girasol abrázame con tus pétalos.
Cuídate de mí, porque puedo llegar a amarte.
En tu piel andarán mis besos feliz a la deriva.
Mi piel pide a gritos el tatuaje de tu cuerpo.
Ando buscando una pared para escribir otra vez que me muero
por tus besos.
Cuando toque tu cabello se pondrá triste mi guitarra.
Cuando hay diablos nuevos, los viejos no hacen infiernos.
Aprende a amar y sigue estudiando.
Me quedo mirando tus ojos a ver si enciendo el día.
No encuentro la pared
donde escribir mis besos, ¿préstame tu cuerpo?
Te beso con palabras y siento tus labios.
Si me abrazan tus llamas, que nadie apague ese fuego que me
mata.
Bajo la luna todos los amores están a salvo.
La luna también salió a buscarte, como yo.
Toda mujer es poesía que nos escribe a besos.
Píntame la vida con tus labios de combate.
Dame un beso y cálmame los miedos.
Mi voz te despeina, mis manos hablan más de la cuenta.
Con la piel desnuda las palabras se mueren de pena.
Estás en la tarde y en las manos vacías que esperan tus
bordes.
Soy capaz de cambiar la luna por la noche clara de tus
labios.
Todos los amores nos hacen volar aunque nos amemos con los
pies sobre la tierra.
Ando siempre en batalla con el fusil de la palabra y el de
los besos.
Sabía que los girasoles y las gaviotas traerían volando tus
labios a mi boca.
Vuela mi palabra hasta el seguro nido de tu cuerpo.
Quién lo diría, quien vive de letras ahora a punto del delirio por
dos pequeños números.
Siempre combatiré a la derecha y a su nefasto pensamiento, pero también combatiré a quienes vestidos de revolucionarios traicionen nuestros sueños.
Cuando te vea frente a mí, menos mal tendré un manojo de
flores en mis manos, para no caerme de miedo ante la belleza de tus labios.
Escucho tu voz y tiemblo, como los niños ante la noche, como
el gigante cuando se pierde entre tiernas flores.
El aroma del café trae tu recuerdo.
Amada vas conmigo por todos los senderos vas conmigo en la
jornada en la siembra de luceros.
Hay voces que nos abrazan con la suave ternura de los
duraznos.
A pesar de los que odia, a pesar de los que matan, a pesar
de las tristezas las guerras y el dolor, hay millones de labios besando y con
amor.
Si estuvieras a mi lado te pediría desnudarnos, para que juntos
hagamos con nuestros cuerpos el más bello poemario.
Que nos embosquen las ternuras con ráfagas de besos.
Cuando suene el teléfono cuida que nadie escuche tu corazón.
Y tu voz será como la lluvia que tanto añoran los desiertos.
Por ti perdí la cabeza y con ellos la cuenta del amor.
Llegará mi voz hasta ti y en tus oídos sembrará violetas.
La mejor respuesta la dicen los besos.
Llegará mi beso remando hasta tu boca, llegarán mis dedos a
encontrar en ti, la dulce canción que canta tu cuerpo.
Girasoles y lunas se abrazan en tu pelo como las esperanzas
de hacer un mundo nuevo.
Te quiero tanto mujer que ya perdí la cuenta de los besos
que te debo.
Si miras bien sabrás que no me fui que me tienes en un
bolsillo o a punto de caer de tu zarcillo.
Cuando te bese perderé la cuenta de los besos que guardaba
mujer en mi cuaderno.
Amanda amada mía, mírame y hazme paisaje.
Amanda en tus brazos me salvo de este mundo absurdo que no
siembra besos.
Amanda que nada nos aleje de tu beso.
Amanda, Dios y viento soplando las velas del barco sereno.
Y llegó la lluvia a mojar mi soledad.
Girasol sólo si me llamas, si te hace falta la lluvia, volveré
con mis palabras.
Poemas- mensajes. De Andrés Castillo