Encuentro

PALABRAS,SILENCIOS,AMORES, COMBATES, TRIUNFOS Y DERROTAS, NOSTALGIAS, AUSENCIAS.
DE FLORES Y BALAS COMO LA VIDA.
Poética existencia. Vida poética.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mi padre y la navidad




Siempre me acuerdo de mi padre y como no acordarme si es el hombre que más he amado, si es el recuerdo más querido, si es la nostalgia que no cesa, si es como un río derramado.

Recuerdo sus manos fuertes, rudas, ásperas, las mismas que dejaban sobre mi cara cada mañana, la más suave de las caricias, en ellas iba su corazón, su credo por mi vida, su santa bendición.

Siempre me acuerdo de mi padre y mucho más en los tiempos de navidad, porque mi padre amaba la navidad, creía ingenuamente en el pesebre, en la estrella de belén, en la humildad del mesías, en nuestras tradiciones ya perdidas, en el abrazo de año nuevo y en la mesa compartida. Mi padre era un hombre de la navidad.

Siempre me acuerdo de mi padre y con él, de las misas de aguinaldo, de las tarjetas decoradas, de las visitas al compadre, de mi regalo en el pesebre, del pernil adobado todo el año en el corral de su campo paraguanero, de las visitas de año nuevo, de sus más fieros te quiero, de su alegría por lo querido, de su amor por lo perdido, por los que como él se nos fueron.

Recuerdo verlo bien vestido muy temprano en la tarde de algún 24 o de algún 31, con su olor fuerte a colonia, olor que llega siempre desde lejos con la brisa de mi tierra que siempre me acerca su vivo recuerdo, su mirada, su palabra, sus sabios consejos.

Siempre me acuerdo de mi padre, preparando el austero aguinaldo, en un sobre blanco para algún ahijado en alguna parte, en algún establo.

Lo recuerdo con su vaso de whisky, con su hablar ronco y fiestero, con sus cuentos interminables, con su mirada llorona, con su camioneta vieja, con los años por sombrero.

Siempre me acuerdo de mi padre, con su beso sobre mi mejilla, con su bendición salvadora, bienvenida, esa que siempre me acompaña, en los malos días, en las malas horas, esa que hoy me salva, de la mala entraña, de la mala luna, de la mala espada.

Siempre me acuerdo de mi padre, de las canciones compartidas, de las rancheras que tanto le gustaban, de lo vivido, de lo que llevo conmigo por todos los caminos.

Hoy en navidad me hará falta de nuevo, como la hermana que no está, como el compadre que está lejos, como la alegría que se fue con ellos, que ya no vuelve, que ya se ha muerto.

Siempre me acuerdo de mi padre, viejo y compañero.

Navidad es su recuerdo.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

MAGDA



Tu nombre nace del Arameo y es de origen Hebreo “aramí”, «de la tierra de Aram, uno de los nietos de Noé ») tu nombre generalmente es identificado con Migdal Nunnaya del Talmud, que está aproximadamente a una milla al norte de Tiberías. Se dice que María Magdalena nació en esa localidad.

Magdala como se le conoce, es un paraje de la antigua Palestina citado en la Biblia (en el Nuevo Testamento). Se asocia siempre con al menos dos lugares.

Tu nombre, también en Hebreo puede significar torre, pero es en sí, una Variante de Magdalena.

Magda, evocas entonces el lugar donde naciera María de Magdala o la Magadalena, aquella mujer que como nadie supo amar al Cristo que nos acompaña eternamente, y supo amarlo más allá de la humillación y el arrepentimiento. Amar como tu también nos amastes a todos nosotros.
Magda ese es tu nombre, nadie en esta familia lo tiene, y mira que en nuestra familia hay muchos nombres repetidos, y digo que nadie lo tiene, porque tu eres única, irrepetible, tienes de verdad una hermosa capacidad para llevarte bien con todos, sin hipocresía y sin cursiles abrazos. Tu eres quien más disfrutas de nuestros triunfos y alegrías por insignificantes que puedan ser, pero también eres quien más sufres cuando algo oscurece nuestro camino, es allí donde tu nombre se torna gigante otra vez, alto como la torre que lo describe.

Magda serás entonces, una torre de amor que se derrama.

Fíjate que te hablo en presente y es que no puede ser de otra forma, porque tu nunca te has ido y nunca te iras, sigues conservando una extraña y enigmática capacidad de aparecerte cuando menos te esperamos o cuando en esos días de torpes vuelos y caídas, nos hace más falta la mano y la palabra que nos saque del abismo que nos devora. Ahí siempre estás tú, Magda.

Magda es el nombre de mi hermana, y es normal que todos tengan o hayan tenido una buena hermana alguna vez, eso verdad y quizá nada extraño haya en ello, y fíjate que yo tengo además otras hermanas, pero es que tú eres distinta a todas las hermanas del planeta, no se bien porqué pero eres distinta, tu no eres hija de mi padre, ni tampoco de mi madre, tu simplemente sin tanta explicación eres Magda, la hermana de todos mis hermanos. Magda siempre la de todos.

A veces alguien me pregunta por mi familia, y yo los nombro a todos con alegría, pero dejo siempre un espacio para decir, ¡...ah también tengo a Magda..! ella es mi hermana que no ha muerto.







Andres Castillo

viernes, 28 de octubre de 2011

Abuelo cantor, con sus sueños de muchacho A 70 años del nacimiento de Ali Primera



A: Lolita, Susana, Ángela, Valeria, Sebastián, Rodrigo y Diego.
Los nietos del cantor.
A todos los niños y niñas de mi patria, arrullados por una mansa y tierna canción.




Las manos callosas de algún viejo sembrador de tapiramas, la frente arrugada del hombre de canoa y atarraya, la risa fiestera de buenos cantadores de décima, salve y galerón, la risa y el llanto de los viejos que lo dieron todo “aquellos que sin petróleo por nuestra tierra bregaron”, siempre me hacen acordarme de ti camarada cantor, necesario cantor.

Es un ejercicio torpe e innecesario intentar imaginarte, evocarte e inventarte, con tus años viejos, andado por estos caminos de siglo nuevo y añejas luchas, peleando todavía contra el mismo enemigo, contra esa bota norteña “mal parida y mal nacida en septentrión”, o contra las bajas pasiones, que alejan el camino de ternura y sinceridad a los seres humanos. Y claro que resulta un torpe ejercicio, más aún, cuando tenemos tu mirada clavada en la esperanza, tu melena recia y tu sonrisa de muchacho de pueblo, andando con los sueños intactos, navegando en el recuerdo, como “un velero terco en el mar inmenso”.

Pero resulta que en estos días, en muchos rincones de la patria, en vital bullicio y en tierna soledad, anda tu pueblo alborotado celebrando tus setenta años, desde que una madrugada, un 31 de octubre, justo a las doce en punto de la noche decía Carmen Adela, llegaste con tu canto y con tus versos, para dejarlos para siempre en los pechos de la madre tierna, mujer y patria.



Te escribo en presente hermano, siempre lo hago, porque aquí andas cada día, porque pocas veces un hombre logra trascender más allá de la emoción y la admiración, tú eres una recia y rara energía que recorre a los hombres, mujeres y niños de esta patria, cada cual con una forma particular de tenerte para si, de llamarte en diario abrazo y en vital encuentro. “No canto para alagarte, sino llamarte en esta canción”.
Bien lo decías: “Soy feliz al saberme de todos y también mi propio dueño”…“no me interesa los que aplauden simplemente, sino los que siguen el camino planteado por la canción”.




Y eso sin duda debe ser el mejor regalo que podemos darte, intentar de verdad acercarnos un poquito a la coherencia militante que tu supiste mostrarnos, con mano abierta, pulso y canción, ahora más que nunca, cuando un intento de patria socialista avanza en tu tierra bolivariana, con grandes contradicciones, pero avanza, por eso ahora no podemos fallarte panita y no por ti, lo sabemos, es por tu lucha, la de muchos, por la de tantos que han caído, que han partido esperando ver la redención bonita de este pueblo. En el día de tu cumpleaños, Alí, te seguimos debiendo una Patria Buena. No las seguimos debiendo los soñadores.



El tiempo de hoy es distinto, lo sabemos, tú diste toda una vida, tu corta vida en mostrarnos un camino, para decirnos que sí era posible sentirse revolucionario, vivir como revolucionario y hacer cada día la revolución, sencilla y honradamente, eso en tí no era una palabra muerta, ni hueca, todos lo sabemos. La revolución era la tortuga de tus sueños, esa que va lenta, pero llega, esa palabra no estaba sólo en tu canto, sino también en tu conducta. Diremos entonces, parafraseando a Fidel, seamos como Alí. Es decir: coherentes, sensibles, tenaces, verdaderos.

Alí, apenas 43 años tenías cuando partiste físicamente, tu inicio como cantor de militancia fue entre 1967 y 1968, cuando detenido en los calabozos de Las Brisas te decidiste abrazar la humanidad entera, de ahí a 1985, el año de tu siembra, tan sólo pasaron 18 años, toda tu producción musical y poética, toda tu propuesta antiimperialista, ecológica, bolivariana, en defensa de la cultura popular y de la esperanza, la hiciste en 18 años, un tiempo de verdad muy corto, dijiste cosas que sólo un hombre de sesenta o de setenta años hubiese tenido la madurez por lo vivido para decirlo, tú eras un ser humano y nada más, producto de una época, de un tiempo histórico, con defectos y virtudes pero con una capacidad extraordinaria para entender el tiempo y la vida “las plantas de los pies del que anduvo descalzo de tanto andar el mundo se convirtieron en canción”. Y tu tiempo, tu corto tiempo lo asumiste con valentía y dignidad. Cuanta falta nos haces hermano, en este tan absurdo, tan torpemente aniquilador de la sensibilidad bonita del hombre, a la que tú tanto le cantaste, para que siguiera siendo humana la humanidad.



Desde 1985 con mayor presencia, hemos buscado acercarnos a tu legado desde muchas perspectivas, sin otra intención que aportar con humildad a la continuidad de tu labor, que sin duda era la de un amplio colectivo que en toda la patria asumió la vanguardia de cantar por los derechos del hombre tierra, del hombre sangre y corazón. Por eso digo siempre, que este tiempo de victoria que hoy vivimos, es hijo del combate duro que diera la canción y los trabajadores militantes de la cultura popular.

Esta vez no me extenderé mucho en las necesarias reflexiones de tu trabajo político y poético, aunque tengo que decir, que andan por ahí sembrando setenta mil árboles en tu tierra paraguanera y entre todos tus aportes, el de la ecología fue si duda germen vital de tu canto, “hombre y paisaje” llamaste a la Falconía “el hombre no puede asistir a la vida en ausencia de su paisaje”, repetías con entusiasmo, todo tu canto es una respuesta a esa nefasta cultura del petróleo que tanto daño nos ha hecho, cultura opresora, de desprecio al campesino, al aborigen, a lo sencillo, tus canciones, son la crónica viva de la contemporaneidad venezolana, expresan esa perpetua lucha por la defensa del hombre y de su entorno natural, si queremos saber que pasó en Venezuela entre los años 1958 y 1985, tus canciones son un libro abierto en permanente combate por la memoria. Abrámoslo siempre y sabremos porque “aunque el río sea muy manso, poquito a poco se enfrenta al mar”. Tu fuiste sin duda un educador popular que discutía a diario contra la educación formal, opresora, negadora de otras realidades, esa que tú nos enseñate en tu canción.



Soy terco de verdad, perdóname por eso, es quizá un defecto o una virtud de los paraguaneros, pero déjame imaginarte hoy con tus años cabalgados en potro cerrero, desbocado, nunca frágil y vencido por un sistema que nos devora, llegando alegre a tu Paraguaná un día como hoy y bajar ahora a tus siete nietos, descargando con ellos tus sacos de regalos para los carajitos del barrio y de San José, porque aún no se han roto todas las cadenas y entonces verte partir con ellos a la playa ancha, sabrosa, y allá, cual marinero, volver a besar a la sirena que se te metió en los ojos, “y el marinero al ver la sirena prendado de ella, por siempre quedó”. Para venir ya en la tarde, en la noche, a la partida del dominó y que tu risa se adueñe del lugar, donde Carmen Adela vive contenta entre sus flores.

Ya en la madrugada con otros soñadores, quienes también viven, hablar de tus planes para encauzar la lucha, la lucha que debemos seguir haciendo, porque tu alborada camarada sigue muy lejos todavía, seguro estoy que tu apoyo crítico, tu noble regaño, sería la campanada que nos hace falta, la luz clarita para guiar el barco que hoy enfrenta fuertes tempestades, seguro estoy, perdóname otra vez por el atrevimiento, que tú, con setenta años seguirías diciéndonos “usted me perdona don y su alta sociedad, yo me voy con los muchachos carajo a hacer la revolución”. Y Recordarías al tocayo, al de Aquella Paraguaná, y revivirías la canción solidaria por la tierra que ojalá, sea decretada ecológica, turistica, cultural y no la absurda barbarie comercial que cada día le roba su traje de abuela y de muchacha sencilla, cariñosa, porque “no me vengan a decir, que tiendas con nombre chic, son el progreso de un pueblo”. Que bueno fuera si lo entendiéramos todos y en toda la patria, todavia hay tiempo de enderezar el rumbo.

Pero tu nacimiento Alí, es una fecha permanente, como tu canto es permanente, tu fecha de nacimiento no es sólo hoy, ni el año que viene, tu lucha no puede ser guardada en un almanaque como anécdota certera, tu fecha de nacimiento está en cada día cuando nos decidamos a nacer al combate por la vida, con sincera entrega por los ideales que tú nos legaste, donde tu cielo despejado debería ser el primer canto que nos acompañe antes de ir al encuentro con lo demás seres humanos en la amorosa cotidianidad. Si no es así, no tendrá sentido el onomástico como excusa, ni la buena algarabía para abrazarnos “como hermosa periquera, en la mata de un mamón”...”Si no hay verdad en los cantores, entonces no habrá verdad, ni en el canto, ni en mi esperanza”.



Si tu canción no sirve para transformarnos en lo indiviual, en el pequeño espacio que ocupamos en la cotidianidad, sería muy difícil trascender al campo de lo colectivo, “si no sirve mi canción pa que se encienda tu alma, quema entonces mi guitarra, pero que crezca la llama”.

Por eso vamos a cantar hoy contigo, para que siga la lucha por los humildes del mundo, por los que esperan, por los que sufren, por el pueblo palestino, por Libia, Irak, Haití y por todos los pobres de la tierra, y por todos los pueblos que enfrentan el horror de la guerra, el odio, la miseria y el olvido.
Hoy es tu cumpleaños y fíjate que a tu edad de abuelo querendón y rebelde, sigues siendo un hombre de todas las edades, como le gustan a los niños tus canciones, a los jóvenes, a los viejos, tu identificación con ellos no es generacional, es de pensamiento, alma y corazón. “vamos a beberle los miaos al carajito que su nacimiento es fiesta popular, traigan malojillo, traigan guarapita, y un cuatro afinao que vamos a cantar…Pueden venir todos aunque no me atrevo a decir que todos bievenidos son”.



Alí Primera, cantor de la vida, de la rabia y de la ternura que cargamos por los caminos, muchacho valiente, terco, juguetón, soñador y malicioso, abuelo sabio, necesario y querendón, como aquellos queridos viejos, los que hacen falta: “Así como flor de tierra, van corriendo los riachuelos a alimentar nuestras venas, sangre de nuestros abuelos. Aquellos los que negamos cuando a la patria negamos, aquellos los que sembraron la semilla que después nos ha estado alimentando, si olvidamos la raíz es quedarnos algún día, sin una flor en la mano”.

Brindaremos con el pueblo la continuidad del combate y de tu canto, nuestro canto cigarrón, con violín y clarinete, como en los bailes sabrosos de tu tierra. Y al despertar del nuevo día, nos vamos de una vez otra vez a seguir dando la pelea, porque así lo dijiste: “Tal vez mis ojos abuelos vean la realidad de mi pueblo liberado”.

Andrés Castillo

domingo, 23 de octubre de 2011

CUBA DESDE LA PIQUERA DE TUS SUEÑOS



(TODAS LAS FOTOGRAFÍAS SON DE LA AUTORÍA DE ANDRÉS CASTILLO)




Caminata


A Carlos Varela



Te busqué
por toda la Habana,
por las calzadas
por las páginas de los libros viejos
en la plaza triste te busqué.

Carlos,
te busqué para hablarte.
Ahí en las trenzas de la negra
en los uniformes de los pioneros
te busqué.

Caminé desesperado
así llegué a la plaza de la revolución
y el Che inmenso
miraba otra vez al futuro.

Cansado de vagar
llegué al malecón
y recostado al muro
“donde acaban todos,
donde empieza el mar”
te encontré Varela
entre los ojos de un hombre
mirando a Martí
con su dedo acusador
al bandido imperialista.

Tu guitarra
no era una balsa vacía
era un ciclón de sueños compartidos.

En todas partes estabas
aunque no te vi,
tu ausencia era una canción por escribir.


Pedal



Giran las ruedas
sobre el asfalto caliente
tu lomo moreno
me habló de tu lucha
de tu vida
de tus sueños nuevos.

El pedal no desliza
el golpe es certero
como el del 59,
sólo falta engrasar la cadena
y que el giro de tu rueda
te traiga una nueva mañana.

Sigue tu ruta, sin pausa
que el imperio quedó sin piernas.


Pioneros



Ahí están
con la sonrisa abierta
con sus manos extendidas
con un poema por decir.

Con las puertas de la escuela abierta
como la mañana,
como la esperanza.

Ahí están
Cuba eres tú.


Che



Por todas partes andaba tu rostro
me seguía tu mirada y tu llamado.

Aunque de verdad así no quería verte
lo juro.

Por eso me fui al muro
y con un viejo de la Habana
hablé de ti.

Él lanzaba piedras al mar
tranquilo,
contento de su vida
recordándote.

Yo, a las vidrieras del hastío.


Estantes



Los estantes están vacíos
sólo cigarros y especies.

La mirada de la vieja
se clavó en mi pecho,
yo hablaba de mi revolución,
y ella me gritaba con su manos y gestos.

Cuídala y ármala
contra el hastío,
las traiciones
y los olvidos,
cuentas conmigo.



Murales




Por todas partes
tu mirada me perseguía
entre estrellas y arcabuces,
tu rostros disparando de nuevo.

Sin embrago donde mejor
te dibujaron
fue en las miradas de los hombres
que bajo el sol de la Habana
le daban al pedal
gritando tu nombre
hasta la victoria siempre.


Tu Gente




Por todas partes
con la espalda sudada
con dos libros en las manos
con la sonrisa multiplicada
y los pasos lentos,
como los sueños
los vi.

Tu gente es de otra especie,
quizá por eso
nunca se reflejaron en las vidrieras del hotel
ni en las botellas de cerveza Bucanero.

Los ojos de tu gente
estaban mirando al mañana
Martí,
como los tuyos.



Muchacha de Varadero

A la Cuba revolucionaria,
mujer que amamos



Fui en busca de Fidel
del Che y de Camilo,
de los que cabalgan en mi pecho
desde niño
y que me siguen llevando
desbocado
a derribar todas las murallas
donde han pretendido encerrarme.

Cabalgo, cabalgo,
cabalgo con ellos
desbocado.

Fui en busca de Fidel
del Che y de Camilo,
de los cantos troveros
que sentenciaron mi suerte,
cuando fui el tiempo elegido
de dos brazos que amaban.

Pero así es la vida
cuando me besaste muchacha de Varadero,
se me olvidó la historia
el Granma y el Moncada,
mi torpe carrera me hizo ir de bruces,
haciendo añicos mi guitarra.

Hoy lejos de ti
siento otra vez
el abrazo que avanza
y sólo una canción me traen tus ojos
de Isla azul,
esa que hoy recuerdo en la distancia
y que me habla del breve espacio en que no estás.


Estacionando mi nostalgia en la Piquera de tus sueños
Entrando en los 40




Tengo hermanos
recuerdos
de tiempos idos
que nunca volvieron
tengo hermanos que quedan
a pesar del volcán
que explotó sin remedio.

Tengo hijos,
que viven,
¿para qué las palabras?
si son el todo,
que llena lo que falta
aunque a veces los vacíos
sean estanques secos
sean laureles muertos,
sea abismos viejos.

Tengo una mujer que amo,
y que me ama,
camarada y compañera
que no deja está guerrilla
por promesas de bondades,
que anda atesorando pasos
para el tiempo de silencios
para el tiempo de partir,
sin alardes.

Pero sobretodo
tengo amigos que son la fuerza
para no andar solo por estos caminos
para saber
que ha valido la pena tanta lucha
tanta quijotada,
la tristeza y el llanto
de ternuras Guevarianas.

Tantos cantores y poetas
hoy me acompañan
que si no fuera por ellos
explotaría mi tristeza
como una granada en una almohada
en una cueva de estambre
como la amargura en una pena.

Pero así es
estoy aquí,
hoy
en la Habana,
nunca lo pensé,
siempre lo soñé.

Pero aquí estoy en esta fecha
cosas de la vida y del amar
cosas del camino o del andar.



¿La pasaré con el Che y con Fidel,
con Camilo y los pioneros?
Con un amor y mil nostalgias
la pasaré conmigo y con todos
con los que no viniendo andan
como andan los te quiero
en las canoas del alma.

Aquí andamos juntos como siempre
combatiendo a las fieras
a los tristes moribundos
que no creen en la fogatas
en el canto de un pichón
en la sierra
en las playas
en las cosas sencillas
de aceras y posadas.



Aquí estoy
en la Habana,
no escuchó a Silvio,
ni a Pablo
Carlos Varela no va a Jalisco Park
ni se oyen las gaviotas,
ni las olas en el mar,
Lennon espera a Yoko
sentado en la soledad.

Aquí estoy
con toda mi nostalgia estacionada
en la piquera de los sueños.

Aquí estoy
lanzando al malecón
mi balsa peregrina
en busca de todos,
los que estando faltan.

sábado, 8 de octubre de 2011

Ramón Miranda: Crónica de un encuentro

A Jesús Oduber
Y al recuerdo hermoso, presente e imborrable de Hugo Fernández Oviol.




“El mar enviaba peces
El viento era un pañuelo colgado en las ventanas”
HFO



Su nombre ya lo conocía desde hace tiempo, en los espacios ligados al trabajo cultural, en los que aún muy joven me inicié abrazado al teatro en el Ateneo de Punto Fijo o quizá en la palabra siempre respetuosa, amiga, clara y coherente de Víctor Hugo Bolívar, o en alguna crónica aparecida en uno de nuestros diarios regionales. Así, el nombre de Ramón Miranda ya me era familiar, atado a lo cultural, a la poesía, al periodismo, a la amistad.

Pero fue hace algunos años que pude compartir con él y confirmar cercanamente lo que siempre me repitieran amigos como Héctor Hidalgo Quero, Jesús Oduber o la querida Carmen Fernández (la Chicha), ahí, en la nostálgica casona del querido Vikingo, sentado en el inmenso mesón de la Tertulia, hermosa y necesaria de la casa del poeta llorón Hugo Fernández Oviol, allí lo conocí, era la primera vez que asistía a esa especie de cofradía poética poco común en estos tiempos, yo ese día era un visitante desconocido que hacía presencia tímida en aquella casa que todavía cargamos poblada en la distancia, llena del recuerdo de ese poeta maravilloso que no dejaremos de nombrar.



Llegué buscando un lugar que me permitiera perder el temor inicial de todo encuentro colectivo, fue entonces que me encontré con la cálida y amena conversación con el poeta Ramón Miranda, conversé con él, como si lo conociera desde siempre, más tarde entrada la noche, lo escuché leer una de sus extraordinarias crónicas, género que domina con facilidad y que a mi juicio no tiene desperdicio en su palabra.

Pero hablar de Ramón Miranda es conversar de muchas cosas, es ir más allá de la anécdota particular, es como caminar entre las leyendas de algún viejo del Pedregal, el de su infancia, o mejor aún perdernos en las entrañas de alguna antigua sala de cine y asistir al encuentro del desaparecido Capulina o mirar alguna de las películas de Pedro Infante o de Jorge Negrete.

Ramón Miranda es amante de la buena conversación, de la música, del canto, del amor, de la amistad, de su tierra falconiana, de su gente.
Sus primero trabajos conocidos surgen a fínales de los años sesenta, poemas, cuentos, relatos.

Más adelante brotan las crónicas, donde desborda su extraordinaria capacidad de dibujarnos algún acontecimiento por muy insignificante, de la manera mas grandiosa y querida. En sus crónicas florecen contentas las vivencias y las creencias más sentidas, como lo cuenta Jesús Oduber uno de sus tantos amigos, de aquella que narra Los espatos en la calle Zamora… Por Dios. Pero no sólo la crónica lo acompaña, él es un poeta bregado, sus trabajo han aparecido en diversas antologías, no en vano Ramón Palomares reconoce su amistad y su talento. Marvella Correa la novia de todos es un texto reseñando por quienes deciden alguna vez mencionar su obra.
Sus pasos por la universidad y el periodismo son trazos de un mismo lienzo que el ha sabido regalarnos.

Cuando el poeta Hugo partió siguiendo el vuelo de algún Gonzalito, el poeta Miranda leyó una crónica del perro Vikingo que muchos conocimos, ese día confirmé, su extraordinaria calidad humana y poética, cualidades indisolubles en alguien que aspire la estatura de poeta.


Poeta Hugo Fernandez Oviol


Repito para él, lo que un día él mismo le dedicara al Pintor Domingo Medina, hablado de su pintura y de la vida:

“Por eso, alzando la copa de la admiración y la amistad, brindemos en honor de su legado y su talante artístico y digamos su grito de guerra en las noches de parranda: ¡Viva el arte y viva la mujer, fuentes de la vida y de la poesía!”


Ramón Miranda 1947: Poeta, Periodista, Promotor Cultural.
Autor de Plantado como un Ángel
Entre otras publicaciones

Crónicas:
El perro de Miguel
Domingo Medina el pintor que parió en Paris.


Por
Andrés Castillo

sábado, 1 de octubre de 2011

Promesa



Voy a escribir un poema que trascienda
que guarde todas las formas establecidas
que logre juntar dos palabras irreconciliables
que tenga ritmo y melodía
que no falte al estricto cuidado de las normas
o que las rompa bruscamente
si es la orden del momento,
cumpliré

Voy a escribir un poema
que cumpla con la convocatoria
que cuide las formas, los mandatos
que diga lo no dicho, lo certero
el tema será libre como el miedo

Un día de estos escribiré un poema
que sirva para la competencia definitiva
que logre entrar altivo al claustro de los consagrados
que venza el estricto dictamen de los extraños
que gane la contienda de las palabras
que salga ileso de las callosas vorágines,
cumpliré



Voy a escribir un poema
que convenza a los jurados con sus fauces
a los que saben de eso, a los perfectos
a los del grupo y la escuela otra
a los que se decían distintos
y han terminado pareciéndose
a los vencidos y encumbrados

Voy a escribir un poema como credencial
que me sirva para entrar al grupo de los elegidos
al de los compinches, al de los perfectos
¡que sea premiado con diploma y metal
y me acerque al vino con la copa del poeta!
Cumpliré

Voy a escribir un poema que sirva
para ser leído como tantos otros
con ese nuevo modo de decir
que ahora han inventado
de voz gutural, casi fantasmal
un poema que sea dicho en voz baja
lento, pausado, inaudible
dicho para sí o en misterioso acuerdo
que finalice con una declaración que asombre
que arranque aplausos estridentes
o deje un leve tatuaje en el silencio.

No sé si lo logre alguna vez
de verdad no lo creo.



Voy a escribir un poema vital,
prometo el intento
de vencer mi frugal escritura
mi terca esquivez y hurañas palabras.

Pero mientras tanto Amanda,
hija mía
seguiré con mi torpe letra
fuera del cercado
con tan poco que decir
intentado atrapar el milagro que se tarda.
Te cumpliré.

domingo, 25 de septiembre de 2011

La Habana le canta a Sabina



Para el Grande Joaquin Sabina.





Artistas y canciones de “La Habana canta a Sabina”

Pablo Milanés – “Canción para la Magdalena”
Haydée Milanés – “Que se llama Soledad”
Carlos Varela – “Tan Joven y Tan Viejo”
Amaury Pérez – “A la sombra de un león”
Buena Fe -”La canción más hermosa del mundo”
Carlos Kalunga – “Quién me ha robado el mes de abril”
Jessica Rodríguez – “Contigo”
Ivette Cepeda – “Como un dolor de muelas”
Pancho Amat & El Cabildo del Son – “A la sombra de un león”
Frank Fernández – “19 días y 500 noches”






viernes, 23 de septiembre de 2011

Ágora y desierto



Está bien lo comprendo

debo ser yo

el que anda desencajado

huidizo, abyecto

caminando sobre las aguas

como un ermitaño,

ahora mismo

cuando todos se arrastran por el suelo

pegados como a imanes

seguros,

violentos,

firmes y certeros

yo sigo derivando

sin centro.



Deben ser mis gestos

no hay duda

mi mirada tal vez,

el semblate cejudo

o esta alma mia que anda destilando

síntomas de agruras

que sé ya de verdad

no importa

lo que produce tal asedio.



Lo comprendo,

ahora mi silencio está demás

ante el bullicioso andamiaje de los sabios

que siembran banderas y proyectos

como pinos anclados en sus sesos.



No tengo excusas en tan claro escenario

no hay preguntas, ni respuestas

que yo deba aclarar.



Y menos cuando me ocurre a diario

en cualquier sendero

en cualquier encuentro con las las palabras

igual que ante las espadas de los arconte.



Debo ser yo,

lo comprendí esta tarde

ya nadie más puede estar equivocado

no debo buscar en otros mis grises olvidos

mis harapientos sueños desgastados

sin viudas, ni tumbas

ni herederos

estoy demás en esta Ágora bisonte

de verdades que avanzan

con su templo.



Por eso acepto mi lugar

fuera del recinto

como en los tiempos de la República.



Por eso acepto mi lugar

fuera de este mar sin agua

ni misterio

de verdades

y credos.



Me alejo

me aparto

me salgo del círculo

ya no puedo pisar la tierra que ellos habitan.



Lo comprendo.



Acepto

pero sigo solo

caminando sobre las aguas

desterrado

con este inmenso desierto

a cuestas.

Poema de Andrés Castillo

sábado, 9 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL LLAMA QUE ILUMINA




Que tristeza e impotencia tener que escribir ahora estas absurdas palabras, palabras que sirven de poco a la hora de recordar a un hombre extraordinario, tiernamente necesario.
Facundo Cabral, poeta de lo sencillo, de lo bueno, de lo tierno de lo que absurdamente ha perdido el hombre en su violento trajinar.
Siempre le cantó a la vida, a un nuevo día, esa canción que cantaba cada mañana al despertarse: "Este es un nuevo día, para empezar de nuevo, para buscar al ángel que nos crece los sueños".

"Cruzando por la vida en el tren de la muerte" escribió en su disco entre Dios y el Diablo.

Hoy el odio, la violencia, la brutalidad, la mala hora y la puntualidad de la muerte nos lo roba para siempre, aunque quede su voz y sus canciones.
No será lo mismo.

Vino a Venezuela muchas veces, fue aquí en el famoso Show de Renny Ottolina donde se dio a conocer, dicho por el mismo: "Fue aquí donde me tomaron en serio".

Tuve la oportunidad de verlo muchas veces, de seguirlo desde muy joven, de admirarlo, de discutirlo y de quererlo. Un día con mi hijo muy pequeño lo visité en el hotel Caracas Hilton para ese entonces donde él se alojaba, ahí le entregué un libro mio para Ali Primera y me comentó que lo había conocido y que valoraba mucho el canto de Ali.Eso fue cuando se presentó en el Aula Magna de la UCV.

Luego vino al Colegio Santa Rosa de Lima dos veces, la penúltima vez que vino pude entregarle dos libros, un poemario "Entre el Sol y la Luna" editado en el año 2002 donde le dediqué un poema, mi sorpresa al día siguiente me envían una foto donde la periodista Issa Dobles le lee el poema a Facundo antes de salir al escenario, en la foto sale él sentado con otro libro en sus manos libro para niños que escribí y donde coloqué muchas de sus bellas frases para la vida.

Con tristeza dejo este poema que escribí hace 9 años para el eterno amigo, Facundo Cabral, LLAMA QUE ILUMINA, nombre que tomé de una frase que él dijera en uno de sus tantos conciertos.

Ni las torturas, ni las dictaduras del Cono Sur lograron callarlo nunca, que canallada lo que le han hecho, lo que le han hecho a la canción Latinoamericana.

Seguirás hermano cantor como nuestro Alí Primera HERIDO DE VIDA.



Llama que ilumina
A Facundo Cabral

Tu vieja Pampa y tu maestro peregrino
andan en tus canciones y en tu palabra despierta,
recuerdan el paso de los hombres y la esperanza de un pájaro libre.

Germinó el campo al andar de tu palabra,
desmalezando el odio y el falso credo.

Tu luz está encendida, se escucha el sonido de los que quieren verla.
Hay un castillo que tiene las puertas abiertas y de él salieron huyendo los falsos profetas.
Hoy está poblado por otras almas,
por otros que andan sin patria, si raza,
por aquellos hombres que no les importan coronas, ni espadas.

Hay un eco retumbando en las sienes que palpitan y en el alba.
El camino está sembrado de cielo y trigo
con el deseo de un viejo que añora un mundo sin olvido.

Sin avisar, volaron al encuentro
un ruiseñor y un halcón.
Por vez primera canto y vuelo no quisieron separarse
encontraron un buen espacio para hacer las paces.

Ayer me encontré contigo
en las mismas huellas del hombre que nos dejó un camino.

Hoy veo venir tu llama,
esa que no quema porque ahora ilumina.

Poema de Andrés Castillo
Publicado en el año 2002, del poemario: Entre el Sol y La luna.

viernes, 24 de junio de 2011

LA CIUDAD POSIBLE

Hoy 24 de junio se conmemora un año más de la batalla heroica de Carabobo el 24 de junio de 1821, entre el ejército realista a cargo del mariscal de campo Miguel de la Torre y el patriota comandado por el general en jefe Simón Bolívar. La victoria lograda por Simón Bolívar, resultó decisiva para la liberación de Caracas y el territorio venezolano, hecho que se logrará de manera definitiva en 1823 con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y la toma de las fortalezas de Puerto Cabello.




En este día salimos en familia buscando encontrarnos con la ciudad, con la tranquilidad, que hermosa oportunidad para reconocer la labor de la Alcaldía del Municipio Libertador y su Alcalde Jorge Rodriguez, por lo hermoso que se encuentra El Parque El Calvario.



Desde el recibimiento por el personal militar a las afueras del Arco de la Federación, amables, diligentes, respetuosos, quienes nos recomendaron subir en un pequeño transporte tipo tranvía (gratuito) que nos llevó con buena música hasta el café Venezuela, donde a precios muy económicos disfrutamos de una mañana distinta en nuestra ruda ciudad.






QUE HERMOSO LUGAR


Esto demuestra que sí es posible construir entre todos la ciudad que queremos, una ciudad tranquila, respetuosa de la gente, del ambiente, ciudad para los niños, segura y con opciones distintas al consumo banal de los centros comerciales.

Por supuesto que falta mucho pero si es posible.

Todo el parque es un gran museo de la Patria, con áreas vedes muy bien cuidadas y con vigilancia en todo el recorrido.





Es importante reconocer que otras áreas de la ciudad están siendo recuperadas, como El correo, los alrededores del Capitolio, Los Próceres, El Mirador de la Cota Mil, El Bulevar Del Cementerio y muchas más. Por supuesto que falta mucho por hacer, pero con voluntad y conciencia de todos lo podemos lograr.



Recomendamos acordarse de las personas con discapacidad, creando más espacios accesibles, con rampas y áreas identificadas, así como el control de motorizados y abuso de vehículos, el ruido y parques integrados para todos, iremos así construyendo la ciudad que todos merecemos.



SUMEMOS VOLUNTADES, AMEMOS NUESTRA CIUDAD. VAMOS A CUIDARLA



No sólo debemos alzar la voz para criticar las fallas que existen, es importante reconocer las cosas buenas que suceden en nuestra Patria. Esta es una de ellas.



Recuperemos nuestros viejos modos de relacionarnos con nuestra ciudad, recuperemos el ¡buenos días y el como están!. No nos dejemos confundir con otro venezolano que nunca fuimos.

CANTO A CARACAS. BILLOS CARACAS BOYS


ES POSIBLE QUE ESTA CIUDAD DURA, AGRESIVA, INACCESIBLE PARA MUCHOS, SEA OTRA VEZ LA SUCURSAL DEL CIELO QUE TANTO AMAMOS.

CLARO QUE ES POSIBLE SI TÚ LO QUIERES.


CARACAS GAITA DEL NEGRO RAFAEL RODRÍGUEZ CON RINCÓN MORALES

domingo, 19 de junio de 2011

LA GUITARRA

HERMOSA CANCIÓN DEL CANTOR ARGENTINO VÍCTOR HEREDIA




Si guardo un recuerdo que nunca me dejará
es éste que mi alma a veces suele cantar.
Tenía diez años y el mundo por conquistar,
la luna y mi barrio, humilde y lejos del mar.

Mi padre tenía las marcas de su niñez
grabadas a fuego como un tatuaje en la piel,
ni besos ni abrazos, tan duro como un cincel,
subido a su andamio de noble testarudez.

Un día de aquellos de lluvia en Paso del Rey,
me trajo en sus brazos envuelta con un papel,
soñó la madera, misteriosa y ancestral,
guitarra, guitarra, mi padre me ha vuelto a amar.

Les cuento que jamás me pude olvidar
su voz de tabaco cantó por única vez,
y toda la casa destilaba arena y sal,
los pinos y el campo susurraban como el mar.

Este recuerdo sencillo se los quería contar,
por que a veces cuando llueve oigo a mi padre cantar

Víctor Heredia


Con el recuerdo vivo por mi padre y su amor inmenso como la luna y los campos de nuestra tierra paraguanera, les dejo esta foto que adoro por su ternura y amor.
Los invito a escuchar la canción compañero que le dedicara a mi padre a la derecha de este blog.

miércoles, 15 de junio de 2011

MI PADRE Y EL VALS TU OLVIDO





De mi padre conocí una vieja y hermosa canción que lo identificó por siempre, canción que le hacía recordar su pueblo natal en la mágica sierra falconiana, el pueblo de Suruy, enclavado en lo más adentro del Municipio Federación, bello pueblo pintoresco con sus casas típicas de la arquitectura falconiana, de adobe y teja.



Allí se encuentra una hermosa y mítica aguada, de donde brotaba según la leyenda del lugar: un duende con sombrero, enamorado y cantador. Duende que acompañó mi niñez y sigue animando estos nuevos tiempos, donde bien vale la pena volver a creer.



Es muy conocido en Falcón, Lara y Valencia las Fiestas en honor a San Marcos de León que se realizan cada 25 de abril en ese poblado, fiestas y ferias muy vistosas y alegres que llenaron de sentido mi niñez y siguen con más fuerza cabalgando en esta etapa de mi vida.



Mi padre nos contaba muchas historias de esa canción cuando salía a dar serenatas con los amigos por las calles de su querido y hermoso pueblo, acompañado por supuesto de una garrafa de cocuy, el ron blanco extraído de la penca del mismo nombre.

Esa canción conocida como el vals Los Rosales la tarareamos mucho sin saber su autor, en Falcón es muy popular esa canción, cantada como un vals larense, pudiendo decir que es casi nuestra, en el recuerdo y el amor que por ella sentimos, su verdadero nombre es Tu olvido, vals o tango del compositor Vicente Espina.



TU OLVIDO
Han brotado otra vez los rosales
junto al muro en el viejo jardín,
donde tu alma selló un juramento,
amor de un momento
que hoy lloro su fin.
Tierno llanto de amor fuera el tuyo
que en tus ojos divinos bebí.
Ojos falsos que así me engañaron
al ver que lloraron los míos por ti.

Mas los años al pasar me hicieron
comprender la triste realidad.
Que tan solo es ilusión,
lo que amamos de verdad.
Sin embargo cuando en los rosales
renacen las flores
los viejos amores
con sus madrigales
tornan como entonces a mi corazón.

Cuando vuelvan las noches de invierno
y se cubra de nieve el jardín,
si estás triste sabrás acordarte
de aquel que al amarte
no supo mentir.
No es mi canto un reproche a tu olvido,
ni un consuelo te vengo a pedir,
sólo al ver el rosal florecido:
el sueño perdido lo vuelvo a vivir
.

Por mi padre siento vivo un amor especial, que se agiganta cada día en la nostalgia de su abrazo, nacido en las entrañas del cariño, el respeto y la admiración, por lo que hizo junto a mi madre de mi, por lo que voy siendo, hoy ya no está conmigo físicamente, pero su canción sigue viva, acompañándonos y recordándolo en cada nota y en cada trago compartido.
Cada vez que suenan sus notas lo veo venir con su mano de bendiciones para toda la vida.

¡Esa canción es enorme!


Aquí les dejo algo de esa hermosa canción que de seguro ustedes conocen.

Varias versiones.