COMO FLOR HERIDA
Optimismo leve
Sigo creyendo que es posible
cambiar el mundo.
Que la gente carga
un enjambre de ternura
y sencillez,
y no lo sabe.
Sigo creyendo
que el hombre nuevo
y la sociedad humana,
es posible y camina.
Pero a veces,
recurrentemente
dejo de creer
por esas cosas del diario vivir.
Miro en la distancia
y me aterra,
mi frágil optimismo,
ya no sólo por mis hijos,
también por el tiempo,
el que espero
claro está.
Traición cotidiana
A veces me siento
como judas,
ante la mejilla noble
de mis hijos.
Teniendo que entregarlos
cada mañana,
al juicio del mundo
y sus verdugos.