Encuentro

PALABRAS,SILENCIOS,AMORES, COMBATES, TRIUNFOS Y DERROTAS, NOSTALGIAS, AUSENCIAS.
DE FLORES Y BALAS COMO LA VIDA.
Poética existencia. Vida poética.

martes, 30 de octubre de 2018

La canción del regreso

A Alí Primera

A tus 77 años de inmensidad compartida
 31 de octubre, sol de todos.

Por eso con la ilusión 
que nos dejaste en el alma 
se van preñando de calma 
las espinas del cardón. 
Servando Garcés



Vuelvo al viejo camino
donde solías ir a jugar
con tus chivos cuando niño
entre soles y abismos,
al cielo reflejado
en un destello de tierra cuarteada.

Regreso al lugar
donde nació tu sol
y tus heridas.

Ahí están los recuerdos
tu palabra luminosa
y tú luna que ha parido,
es tiempo de volver
al caballito de mar
a los caños
al escondite salobre del manglar,
canción del regreso
dormida en los curubos.

Las acibaradas medusas
con sus muecas escamadas
ahuyentaron las garzas
del limpio plumaje de mi infancia,
agua mala escupiendo mi rastro
en la tierra sedienta de nubes y arcoíris.

Pero digo que las huellas de tus pies descalzos
dejaron en mi alma un surco florecido
almendrón que vuela
salvando a las chicharras del verano
curando las heridas de los musgos
y la furia voraz de los chebebes.
Regreso a los áridos senderos
y vuelvo a perderme
en veredas pedregosas
en los caserones viejos
con sus lozas hambrientas
bajo el sol que las quema.

Vuelvo a jugar en soledad
ante la luz de la vela gigante
que no apaga el viento
me calmaré la sed que ahora llega
mojando mi lengua entre las grietas
del cardonal que apunta hacia tu estrella. 

Regreso al comienzo de mis días
al fuerte viento con su ruido,
vuelvo a la inocencia luminosa
a la verdad sencilla de lo incierto
sin libros
ni palabras
ni destinos.

Vuelvo a ser abrojo
florcita amarilla bordeada de espinas
cubriendo las orillas de las salinas
las venas terrestres de la mata de uva e playa
y el terco vagar de las hormigas.

Alí
regreso al comienzo
a la primera huella
a mi mirada esperanzada en el sendero
a la verdad sencilla de lo tierno
al escondite fértil de los sueños.

Alí
regreso al comienzo
cuando tan sólo tu nombre
era para mí un mar extendido
en la inmensidad primorosa de los caujaros,
la ruta del labriego entre la luna
el abrazo del silencio postergado.

La península azul buscando tu risa
la veo navegando apresurada,
la brisa canta su furia y su tristeza
en el almendrón
un ave cuelga su nido,
el sol otra vez
naciendo airoso sobre los caminos.

Regreso con las manos repletas de gaviotas
cayenas, apamates y albahacas,
vuelvo a escuchar tu canto en el curubo
donde guardé mi mar de medio siglo.


Poema de Andrés Castillo