Encuentro

PALABRAS,SILENCIOS,AMORES, COMBATES, TRIUNFOS Y DERROTAS, NOSTALGIAS, AUSENCIAS.
DE FLORES Y BALAS COMO LA VIDA.
Poética existencia. Vida poética.

miércoles, 9 de julio de 2014

Mis hijos también son palestinos






El eco de las piedras se vuelve polvo de ira sobre la tierra.

Con él, la antigua acera donde los niños de ayer sembraban sus risas en las almas aradas de tristezas.

El cielo teñido de lúgubres terrores va cegando los ojos de la vida en el pedazo de tierra destruida.

La muchacha hermosa que ayer escribía un poema de futuro con la diáfana belleza de sus ojos, se perdió en la mano muerta del joven valiente que hace apenas unas horas le entregara una flor cerca del muro.

Lejos del terror mis hijos descansan serenos, ignorando quizá, que la vida de los suyos se vuelven dolor de un mundo mudo.

El eco de las piedras parece derrumbarme por dentro, parecen golpearme a la cara, con la voracidad de lo incierto.

Hoy caen ensangrentados, aniquilados a la intemperie, los hijos de todos, los hijos del que la vida quiere, los que aquí nacieron, los que allá vivieron.

Aquí, lejos del terror, mientras la gente grita enardecida por euforias estériles, el pueblo palestino enfrenta el dolor con la bandera del alma erguida en dignidad.

Mis hijos también son palestinos, son hermanos del dolor, de la tierna terquedad que brota en la caricia del mañana que vendrá.

Ojalá sus hermanos puedan volver a sus casas, puedan volver a dormir seguros, sin que el eco del miedo invada sus almas.

Mis hijos también son palestinos aunque lo ignoren.


Al fin de cuenta es la humanidad entera quien parece que también ha olvidado a sus hermanos.



De Andrés Castillo