El tiempo
avanza
inexorablemente.
Lo supe ayer
al pasar la
mirada
mustia
por mi lista
de contactos.
Cada vez son
más
los números
de teléfono
que han
quedado inactivos
sin la voz
con vida
que tantas
veces
saludaba mi
nombre.
Aquí sigo en
soledad
intentando llamarles.
Poema de Andrés Castillo