Encuentro

PALABRAS,SILENCIOS,AMORES, COMBATES, TRIUNFOS Y DERROTAS, NOSTALGIAS, AUSENCIAS.
DE FLORES Y BALAS COMO LA VIDA.
Poética existencia. Vida poética.

lunes, 28 de mayo de 2012

Poetas Falconianos

Foto: Andrés Castillo




Hugo Fernández Oviol, Héctor Hidalgo Quero, Víctor Hugo Bolívar Graterol

Por Andrés Castillo

La tierra falconiana es poesía que viaja en el viento, la tierra falconiana escribe a cada instante la palabra salobre y arenosa que acampa erguida bajo la sombra de un mangle o del cují milenario que resiste.

La tierra falconiana es también la brisa fresca que baja de la sierra, para entrar a los caserones viejos, donde guardamos la memoria que nos alimenta el alma y el beso.

Tres poetas, tres hombres de palabra valiente y honesto tránsito, humildes, sinceros, coherentes, así es la poesía y así la mirada de tres poetas nacidos en algún punto de la geografía falconiana, del Coro de los siglos con sus años tejiendo caminos o de la península hermosa que no deja de buscarnos, de llamarnos con su lagrimear eterno.

Hugo, Héctor y Víctor, tres extraordinarios poetas, tres voces emblemáticas que no dejan de gritar rebeldía y hermandad, tres nombres que no podemos ni debemos obviar, si decidimos alguna vez ir al encuentro de la falconia.

Héctor y Víctor, aunque alejados del ruido mediático, “publicitario”, y de las esquivas editoriales, viven lloviendo poesía a cantaros, sobre la tierra herida que los amamanta con recelo.

Hugo Fernández Oviol “el vikingo”, padre poeta y maestro del diario combate que se nos fue en un aleteo, pero sus poemas y su voz de trueno siguen llamándonos puntual al combate de la ternura, del amor y de la honradez.



Héctor Hidalgo Quero


Periodista, escritor, docente y pintor de amplia trayectoria en la actividad cultural. Nació en Caja de Agua, Punto Fijo, estado Falcón, el 14 de agosto de 1949. Autor de diferentes trabajos en el campo poético y periodístico. Es autor del libro “Herido de vida, entrevistas con el cantor Alí Primera” y de los poemarios: “Malasangre”, “Barrio”, “Calle trece”, entre otros trabajos.

(Del poemario Caminos de Agua. Inédito)



Culpa


Para encontrarte necesito

buscarte en el ayer

en las noches sin nadie

que quisiera descubrirte.


En los absurdos momentos

en que la mejor compañía

va reclamando soledad.


En la ruta que se inventaba otro camino

y hasta en los ratos provocadores de continuación.

Por eso

debo vivir sin derecho

a reclamar de tu futuro.


A la suerte de que un día

me devuelvas el pasado…



Puedo


Puedo estar ensimismado largamente, reconstruyendo por piezas

lo perdido.

Puedo decirte que por siempre he sido

una persona ante todo indiferente.

Puedo estar en medio

de la gente, y en medio de la gente, estar bien ido.

Poco me importa quedarme dormido

ante un gran hecho tiernamente.


Puedo retirarme sin permiso, olvidando la invitación que

se me hizo. Ebrio y mal vestido puedo andar.

Puedo vivir un mundo a cada instante,

y ser irresponsable, hasta vulgar,

y puedo amarte, que al fin, es lo importante.



En seco


Un día de estos,

me voy a meter un tiro en medio de la frente

y de esa manera acabar con la mala maña

de andar pensando en ti

durante las veinticuatro horas de los siete días.

Estoy dispuesto a todo:

inclusive,

a vencer el terror que le tengo

a las armas de fuego.


(Del poemario Segunda Luna)



Yo

(1976)


Yo, pelabola.


Ilota de la holgazanería.

De los ratos de ocio eterno amante.

Yo, dormilón.

Que nadie espante

las siestas que me ocupan todo el día.


Yo, enemigo de la compañía.

Del trabajo: fatal, espelúznate.

Yo, vago.


Que nadie me levante.


Yo, inactivo, piltrafa, porquería.

Yo, haragán, gandùl, inútil y poltrón.


Que no jalo,

que no tengo patrón

que me asigne el papel del cachicamo.


Yo, lector de Marx, de Guevara, de Ho.

Yo, sin nada, hasta sin amo.

Yo, pelabola,

zanguango, sinvergüenza, malasangre…¡pero Yo!.





Hugo Fernández Oviol




(Cabure, Estado Falcón 1927 - Coro 2006) Licenciado en Educación,trabajó en todos los niveles del sistema educativo, desde la Escuela Rural hasta las aulas universitarias. Dictó cursos, seminarios y conferencias en Sur y Centro América. Fue Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Yacambú (Barquisimeto). Premio Municipal de Poesía. Libros publicado: Agua delgada (1964); 12 Variaciones alrededor de una guitarra (1973); La Casa deshabitada (1982); Caballos (1995); La canción de Morella (1983); Antología poética (2000). Antología poética 2006.



(Del poemario Jayling, edición de colección, 2005


Jayling


Mi sueño

¿es el resultado de quererte?

o

¿quererte es la concreción de mi sueño?


Si duermo sueño contigo,

si despierto te recuerdo.


Tu sonrisa inventa compañías

para mis soledades.


En la noche de tu pelo nace mi canto.


Tus manos son capaces de convertir el mundo en un durazno.


Tui piel crea colores y textura

para iluminarme.


Mi corazón cruza el mundo

en la garza de tu risa.


Tu liviano universo

lo descubro

en los bosques de la sierra.


Persigo el viento para encontrar tu aroma.


Me bebo el río

para degustar tu frescura.


Me arrodillo a tu lado para inventar el mar.


Mi barco naufraga en tu silencio.


En mi oído tu voz cultiva árboles.


A orillas de tu cuerpo mi sueño inventa mares.


La madrugada acampó en tu cuerpo

y te dejó sembrada de sombras y estrellas.


Me sumerjo en tus ojos

y regreso iluminado.


Con tu voz yo me emborracho.


A bordo de tu boca muero y renazco.


Creas, siembras y cultivas

palmeras cuando caminas.


A orillas de tu amor

soy un árbol florecido que multiplica sus pájaros.




Víctor Hugo Bolívar Graterol

Nació en Punto Fijo, Estado Falcón el 11 de mayo de 1949. Es uno de los fundadores del Grupo Kasega y fue el primer Presidente de Ediciones del Cerro. El premio de Literatura del Municipio Carirubana lleva su nombre. Es autor y coautor de varios libros entre los que se cuentan:

Confesiones de Última hora.

Segunda Luna.

MI reino de tierra seca.

Narradores de Paraguanà.

Yodo radiactivo.



(Del poemario Mi reino de Tierra seca)


Península Isla


Este territorio

primero fu isla

antes que istmo,

hay territorios

amorosos

que primeros

son istmos

y después islas.



Buscando un río

A Luis Alberto Angulo


Desde temprana edad

ando buscando un rio,

quiero nadar

entre peñascos,

atrapar el frio.

He buscado

por montes silenciosos

y polvorientos,

en las costras de las salinas,

en cada rincón.

Solo escucho

su canto

y un ruido de plumas


Homenaje


Rindo homenaje

a estos cardones,

mucha gente

los mira

con desprecio,

añoran

las orquídeas,

gente ignorante

que no ha mirado a un chivo

y a un campesino

chupando sequía.



Desastre

A Mingo Chávez.


Ya no quedan tortugas

en los mares

apenas unos huevos

escaparon al desastre.

Fieras vivientes con razón o no,

atacaron sus conchas

mojaron las arenas

de sangre.

Ahora nadan en los platos

y en las bocas

de los dadivosos turistas,

lucen sus fotografías

en las cartas

de los restaurantes

o en las enciclopedias.



Punto Fijo

A Alicia Carrasquel


Esta ciudad es mi casa,

en ella tengo mis cuartos

el colchón de mis secretos,

el congelador

con mi carne favorita,

los pájaros que me llevan

música en las mañanas,

mis tuétanos

llenos de sal y yodo,

el ventilador colectivo

que nos despeina a todos,

mi mar particular

en algunos de sus linderos.

Esta ciudad olorosa

a gasolina

me pertenece

porque enterré mi ombligo

en su arenas,

porque encontré el amor

en su veredas,

porque mi hija

se quedó dormida en uno de sus caminos,

porque libo

para reducir el calor,

porque el Guaranao

me regaló unos manglares,

porque las personas

que encontré

se escriben con letras mayúsculas,

porque vivo cargado de poesía

bajo el incansable viento.



(Del poemario Confesiones de Última Hora)



Inventario


Ahora

con más de medio siglo

sobre mi piel,

hago los inventarios

de todos mis actos

u omisiones.

siento una cortada

con cuchillos de plata,

perdí mi rebeldía

y me niego

a recomponer

el mundo.



I

Pertenezco

A la fila de los difuntos.

ya no abrazo una Thoompson,

ni llevo pólvora

en mis alforjas.

No,

ni siquiera grito.

Olvidé al Che Guevara

al antiguo Manifiesto.

Ahora

soy uno más

de este maldito pueblo

inofensivo.